viernes, 2 de diciembre de 2016

Un pequeño viaje (Parte 1)

Una pequeña historia que surgió de la nada, como todo.

Un pequeño viaje

En las últimas semanas un pequeño pueblo, a las afueras de la capital Moscú, había estado siendo castigado cruelmente por las lluvias. Ese día parecía ser el peor ya que el agua caía torrencialmente y el río, que cruzaba en las cercanías, comenzaba a desbordar. Las calles estrechas de tierra ya eran charcos de barro y los habitantes comenzaban a entrar en pánico al no poder movilizarse e intentando resguardar sus bienes, cerrando bien sus casas y optando por no salir.

La magia que irradiaba el pueblo en los días soleados parecía ya haberse desvanecido, haciendo parecer que ya todo estaba perdido. El único lugar que parecía estar en movimiento era el mercado, estaba ubicado justo en el centro del pueblo y era donde toda la población iba a hacer sus compras necesarias, ya que tenía desde alimentos, pasando por la vestimenta y calzados hasta muebles o cosas de decoración, todo tipo de productos los encontraban allí. Era el típico mercado de pulgas donde podían encontrar de todo en tan solo 64 puestos, el pueblo funcionaba gracias a él y al trabajo de campo ya que allí esas personas vendian lo que cultibaban, pero ahora era todo lo contrario, las personas se encontraban intentado recoger todos sus productos ya que el agua comenzaba a subir y acumularse.

Los comerciantes por miedo, al ver que sus productos iban seguramente a arruinarse, guardaban todo en cajas y bolsas, llevarian sus productos a sus casas. A medida que se iban, los puestos comenzaron a vaciarse y lo que era un mercado ahora parecia un lugar abandonado; pero en un pequeño puesto de artesanias del fondo se encontraban un niño que ayudaba a su padre a guardar los trabajos que tanto les habían costado hacer, metian todo en cajas desde platos, muy bien pintados a mano, hasta floreros de paja, pero las cosas más grandes decidieron dejarlas.

El agua seguía subiendo por lo que decidieron ya irse con las pocas cajas y con la tristeza por tener que abandonarlo todo, ya al partir el niño dio un último vistazo por el puesto hasta que divizó como el la mesita de atras de todo, en su borde, había quedado la muñeca que tanto él apreciaba, ya que su madre le había llevado semanas pintarla porque en su interior contenia otras cuatro muñecas de diferentes tamaños que representaban a él y sus hermanos,  por lo que no lo pensó y decidió regresarse a por ella pero en su intento él resbalo y golpeó la mesa, haciendo que la mamushka caiga al agua y sea arrastrada por la pequeña corriente hacia afuera del mercado, el viaje de ella comenzaba...

                                                                                                                 RM. 

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